Hoy os traigo una reflexión que me ronda la cabeza sobre la «inmortalidad digital» gracias a la IA. Suena a ciencia ficción, pero… ¿y si no lo fuera?
Aviso: La inmortalidad digital es de esas ideas que suenan a «fumada de la buena», y eso que nunca he fumado en mi vida. Dad gracias, porque si lo hiciera…
La huella digital que dejamos
¿Os habéis parado a pensar en la cantidad de información digital que generamos a lo largo de nuestra vida? Blogs, redes sociales, conversaciones, correos… No solo datos de trabajo, sino también nuestras creencias, valores, aprendizajes, enfados, alegrías y miedos. En definitiva, todo lo que nos hace humanos.
Esto me lleva a una pregunta inquietante: con todas esas fuentes de información, ¿sería posible recrear con IA el conocimiento, la ideología, la forma de expresarse y hasta la personalidad de una persona? Vamos, crear una versión digital de alguien. ¿Véis por dónde voy?
La posibilidad de la «inmortalidad digital»
Tecnológicamente no veo descabellado la posibilidad de crear una «plataforma» que lo consiga. Pero vamos más allá y unamos más puntos, porque ya hemos visto que la IA es capaz de clonar voz y de crear vídeos cantando o diciendo frases a partir de vídeos o incluso imágenes. No estaría lejos que fuera capaz de recrear con realidad aumentada un holograma con el que poder interactuar. O incluso un avatar en el dichoso Metaverso.
Con todo esto, por ejemplo, podrías estar charlando en el salón de tu casa con una persona que ya “perdiste” recreada digitalmente e interactuar con ella y seguir manteniendo esas charlas amenas que teníais, pedirle consejo o recordar vivencias juntos.
Identidad, filosofía y dilemas de la «inmortalidad digital «
Más allá de la gracia, la cuestión aquí es: tecnológicamente podría ser viable, pero ¿es ético? Ya sabéis aquello de «que se pueda hacer no significa que se deba hacer».
Por ejemplo, a nivel legal estaría sobre todo el tema del consentimiento de esa persona en caso de que no lo diera en vida. O quién podría solicitar «recrear» a esa persona haciendo uso de toda la información digital disponible de ella.
Por otro lado, la parte filosófica o humanista. ¿Se podría considerar que esas respuestas serían realmente las de esa persona? ¿Carecería de la evolución natural de la identidad, creencias y valores que se da a lo largo del tiempo? O, por el contrario, ¿esa evolución que hiciera la IA sería la que realmente llevaría esa persona?
( Espera que doy otra calada )
Otro enfoque sería: ¿Cuándo se debería poder activar esa otra entidad? ¿Qué ocurriría si conviven en paralelo o en espejo? ¿Estaríamos ante un nuevo tipo de «dilema del teletransporte»? Ese experimento mental, formulado por el filósofo Derek Parfit en 1984, cuestiona la naturaleza de la identidad personal y la continuidad de la conciencia.
Al final
Pues bien, no esperes ninguna conclusión definitiva por mi parte. Como habréis visto, son más bien hipótesis, conjeturas e incógnitas más que otra cosa. Te invito a compartir las tuyas, te leo en los comentarios. No tengas miedo de decir “una fumada”… todos tenemos nuestros días 😉
☝️ Como spoiler, te diré que en el próximo artículo de la categoría de ‘Fumadas’ abordaré la idea de: ¿Puede llegar a ser la IA otra ‘vocecita’ interna con la que tener discurso interior?